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El estreñimiento en los bebés

El estreñimiento es un trastorno que se caracteriza por la dificultad o la imposibilidad de evacuar que tenga una persona. Durante los primeros meses de vida de un bebé, tanto la coordinación entre los movimientos de su intestino así como la relajación del esfínter de su ano, no es muy eficiente o no ha madurado lo […]

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El estreñimiento en los bebés

El estreñimiento es un trastorno que se caracteriza por la dificultad o la imposibilidad de evacuar que tenga una persona. Durante los primeros meses de vida de un bebé, tanto la coordinación entre los movimientos de su intestino así como la relajación del esfínter de su ano, no es muy eficiente o no ha madurado lo suficiente.

En estos casos, es normal que el pequeño se muestre molesto, llore con insistencia, levante sus piernas y se ponga rojo para intentar empujar las heces. Estos son algunos de los síntomas del estreñimiento en los bebés.

¿Cuándo se puede decir que un bebé está estreñido?

Se puede decir que un bebé está estreñido cuando el pequeño se vuelve nervioso e intranquilo. Se mueve las piernas incesantemente, se pone rojo del esfuerzo, y no hace más que llorar, claro. Los gases y los cólicos son inevitables cuando el bebé se encuentra en este estado. Según los especialistas, durante la lactancia materna los bebés suelen ensuciar los pañales casi cada vez que comen con heces algunas veces heces pequeñas y otras más abundantes.

La frecuencia de evacuación se va disminuyendo a medida que los bebés crecen. A partir de los 2 meses de edad generalmente ellos sólo evacuan una o dos veces al día. Todo dependerá del tipo de alimentación que reciba como también de su propia naturaleza, si el pequeño tiene alergia, etc.

El estreñimiento en el bebé requiere una intervención rápida de los padres y del pediatra, para evitar que el problema se convierta en una molestia crónica, o que se complique. Cuanto más tiempo estén las heces en el colon del bebé, mas secas y duras se volverán, y su eliminación será aún más difícil y dolorosa.

Qué hacer para remediar el estreñimiento del bebé

Cuando las deposiciones del bebé escasean, primero hay que descartar la posibilidad de que él esté mamando bien; si el bebé no come, no es que se estriñe sino que no tiene nada que evacuar. En los primeros días de vida, el bebé debe evacuar por lo menos tres veces al día, si no lo hace debe ser porque está recibiendo poca alimentación. Si el bebé deja de evacuar en uno o dos días, y cuando vuelva a hacerlo sus heces estén duras y secas, puede que haya dejado de evacuar por estreñimiento. En este caso, se debe comentar al pediatra.

Para aliviar el estreñimiento de los bebés, los padres pueden añadir un poco de agua extra a la fórmula del biberón. El agua ablandará un poco las heces y evitará que sean retenidas en el colon del pequeño. Algunos pediatras, de hecho, recomiendan rebajar los biberones un poco, poniendo 35 ml en lugar de 30 ml de agua por cada medida rasa de leche. Si el estreñimiento en el bebé se vuelve persistente, es aconsejable que pida la orientación médica.

Existen en el mercado leches ‘anti-estreñimiento’, adecuadas para aliviar el problema. Otra opción son los baños con agua templada. Un beneficio para tránsito intestinal del bebé. Los masajes también son muy estimulantes para ayudar a evacuar al bebé. Se puede flexionar las piernas del pequeño sobre el abdomen, haciendo movimientos circulares; posicionar la mano sobre la tripita del bebé (a la altura del ombligo), y hacerle un masaje más profundo y en horizontal, con la palma y la base de los dedos. Un masaje en la espalda del bebé, con movimientos de arriba abajo, también puede ayudar al bebé a que evacúe.

Aparte de la leche especial, del baño calentito, de los masajes, y del agua, uno de los remedios más utilizados por muchos padres es el supositorio de glicerina que se aplica al ano del bebé. Hay padres que optan por introducir la punta del termómetro, aunque este método no ofrece ni un tipo de seguridad y presente riesgos de lesiones al bebé. También hay los que optan por dar un zumo de naranja muy rebajado en agua al pequeño. En uno o en otro caso, es recomendable que se escuche la opinión del pediatra. De todos modos, es bueno que se sepa que el estreñimiento puede dejar de molestar a los bebés a partir del cuarto mes de vida, cuando, por determinación médica, empiezan a alimentarse con compotas, purés, y cremas de frutas y verduras, ricas en fibras.

Ejercicios de estimulación temprana para bebés

Cada niño lleva su ritmo de aprendizaje y debemos respetarlo, pero podemos ayudarle a desarrollar ciertas habilidades. Estos ejercicios deben realizarse trabajando ambas partes del cuerpo por igual. Todos los ejercicios deben hacerse con mucho cuidado, sin forzar al bebé y eligiendo con cuidado el momento en el que el bebé esté más descansado o dispuesto para […]

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Ejercicios de estimulación temprana para bebés

Cada niño lleva su ritmo de aprendizaje y debemos respetarlo, pero podemos ayudarle a desarrollar ciertas habilidades. Estos ejercicios deben realizarse trabajando ambas partes del cuerpo por igual. Todos los ejercicios deben hacerse con mucho cuidado, sin forzar al bebé y eligiendo con cuidado el momento en el que el bebé esté más descansado o dispuesto para prestar atención. 

Ideas de ejercicios de estimulación y psicomotricidad para el bebé

Bebés de 2 a 4 meses

1. Fortalecer el tronco. Coloca al bebé boca abajo en una pelota grande (de Pilates o una pelota de playa hinchada) y la balancearemos a los lados para que fortalezca el tronco.

2. Mantener el equilibrio. Boca abajo pondremos un rodillo debajo de su pecho y le sujetaremos de las piernas hacia delante, y hacia detrás como jugando a la carretilla. Podremos colocar un juguete delante para que quiera cogerlo.

3. Fortalecer el cuello. Colocaremos al bebé sobre una cuña boca abajo y mientras juega con algún juguete le pasaremos la mano por la espalda, ya que los estímulos en la espalda les hacen levantar la cabeza. Aprovecharemos el juguete que tenga para llevárselo de lado a lado para que se sujete con las manos en la cuña y pueda levantar más la cabeza para seguir el juguete, intentará cogerlo con una mano sosteniéndose con la otra. Repetir el ejercicio con el otro lado del cuerpo.

Bebés de 3 meses

1. Ejercicios de rodado. Tumbaremos al bebé boca arriba y levantaremos el brazo sobre el que se va a girar, después de haberlo practicado varias veces con un juguete podremos estimularle para que sea él solito quien voltee para coger el juguete.

Bebés de 4 meses

1. Fortalecer la espalda. Sobre una cuña boca arriba le sujetaremos de las manos y le ayudaremos a sentarse, dejando que el bebé haga fuerza para subir. Comprobaremos que sujete bien la cabeza al levantarse, cuando le cueste menos lo haremos sin cuña, directamente tumbado en una superficie plana. Para qué coja fuerza en las manos podemos darle un aro para que lo coja y nosotros moveremos el aro para levantarle (sujetándole de sus manitas).

2. Aprender a sentarse. Este ejercicio consiste en sostener el brazo sobre el que se va a inclinar un poco doblado y ayudarle a sentarse apoyando el codo en el suelo y voltearle un poco hasta sentarle. 

Bebés de 6 meses

1. Favorecer el arrastre. Colocarmos un juguete cercano al bebé y le impulsaremos un poco empujándole de las nalgas para que se acerque a cogerlo.

Bebés de 7 meses

1. Estimular el gateo. Estableceremos un patrón cruzado entre dos personas (una delante y otra detrás) y haremos el movimiento de gateo, siempre moviendo el brazo y la pierna contraria como si gateáramos.

Bebés de más de 7 meses

1. Reforzar el gateo. Cuando ya gateen, podemos jugar con túneles (si no tenemos un túnel lo podemos hacer con sillas o sabanas) a pasar por dentro y empezar a poner obstáculos como juguetes o almohadones.

Bebés de más de 9 meses

1. Ejercicios de marcha. Podemos usar una hilera de sillas para que se apoye, un banco o un mueble bajito para que se sostenga, también puede sostenerse en una pared para dar sus primeros pasos.

2. Ejercicios para caminar. Podemos coger una sábana y pasarla por su pecho para favorecer la marcha.

Bebés de más de 12 meses

1. Camina en equilibrio. Cuando ya anden solos podemos hacer circuitos para que anden esquivando juguetes o almohadones.

Síntomas en un niño celíaco

Resulta difícil establecer un cuadro sintomático de la enfermedad celiaca, ya que la dolencia afecta a las personas de distintas formas. Algunos pueden desarrollar laintolerancia al gluten en la infancia y otros no manifiestan la enfermedad hasta la edad adulta. Sus manifestaciones clínicas y funcionales son muy variables y, por eso, una persona aparentemente sana puede padecer de […]

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Síntomas en un niño celíaco

Resulta difícil establecer un cuadro sintomático de la enfermedad celiaca, ya que la dolencia afecta a las personas de distintas formas. Algunos pueden desarrollar laintolerancia al gluten en la infancia y otros no manifiestan la enfermedad hasta la edad adulta. Sus manifestaciones clínicas y funcionales son muy variables y, por eso, una persona aparentemente sana puede padecer de esta enfermedad sin saberlo.

Molestias de la enfermedad celíaca

Los síntomas también se diferencian cuanto a las molestias. Al inicio de la enfermedad, algunas personas pueden tener constantes diarreas y dolores abdominales, mientras que otras sólo presentan irritabilidad, ansiedad, falta de energía o depresión. En ciertos casos, sólo se detecta la enfermedad cuando se manifiestan los síntomas después de una intensa tensión emocional, tras una cirugía o después de una lesión física o una infección.

En todo caso, la enfermedad celíaca suele provocar síntomas como diarrea, flatulencia excesiva, cansancio, pérdida de peso y, durante la infancia, se puede notar un retraso en el crecimiento en los niños. No obstante, cada persona puede experimentar los síntomas de una forma distinta.

Síntomas más comunes del niño celíaco

Los síntomas que presentan los niños con intolerancia al gluten son variados. Sin embargo, no tienen por qué aparecer todos a la vez y es posible que el niño sólo se vea afectado por algunos.

  • Diarrea crónica o estreñimiento 
  • Pérdida de peso, a pesar tener buen apetito 
  • Gases y cólicos intestinales 
  • Heces malolientes y pálidas 
  • Retraso en el crecimiento 
  • Fatiga, debilidad y falta de energía 
  • Anemia 
  • Repetidos dolores abdominales 
  • Hinchazón abdominal 
  • Calambres musculares 
  • Dolores en los huesos y articulaciones 
  • Sensación de hormigueo y adormecimiento de las piernas 
  • Erupción dolorosa en la piel 
  • Osteoporosis
  • Infertilidad
  • Defectos en el esmalte dental

Es importante resaltar que estos síntomas pueden estar causados por otros tipos de enfermedades. Para confirmar una posible enfermedad celíaca es necesario realizar análisis diagnósticos más profundos. Por eso, siempre es recomendable consultar al médico para realizar el diagnóstico. Los síntomas también pueden varían según la edad.

En los niños, por ejemplo, se puede detectar la intolerancia al gluten cuando se introduce la papilla en su alimentación. Los niños suelen estar más irritables, y se puede percibir una pérdida de peso y de talla. Normalmente, presentan brazos y piernas finas y una barriga más abultada.

¿Qué hacer si tu hijo sufre una convulsión febril?

Las convulsiones febriles pueden producirse ante cualquier infección vírica que aparezca con fiebre y se da con más frecuencia en niños menores de 5 años (suele existir cierta predisposición individual). Pese a que la aparición de fiebre es una defensa del organismo para combatir mejor las enfermedades, en el caso de los niños que las padecen, debe tenerse bajo […]

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¿Qué hacer si tu hijo sufre una convulsión febril?

Las convulsiones febriles pueden producirse ante cualquier infección vírica que aparezca con fiebre y se da con más frecuencia en niños menores de 5 años (suele existir cierta predisposición individual). Pese a que la aparición de fiebre es una defensa del organismo para combatir mejor las enfermedades, en el caso de los niños que las padecen, debe tenerse bajo control para que no surjan estos desagradables episodios. Pérdida de conocimiento, ojos vueltos, contracciones musculares,…, pese a su alarmante apariencia, la convulsión febril no reviste gravedad.

Convulsiones con la fiebre

En el caso de que se produzca, debemos mantener la calma y seguir las siguientes recomendaciones, dirigidas a evitar que el niño pueda sufrir lesiones:

  • Recuesta a tu hijo boca arriba en el suelo o en una cama, y aléjalo de sitios u objetos, con los que puede golpearse.
  • Manteniéndolo acostado boca arriba, gira su cabeza hacia un lado para permitir que la saliva o vómito, si es el caso, puedan salir de su boca y no obstruyan sus vías respiratorias.
  • No coloques ningún objeto dentro de su boca ni intentes inmovilizarle, aunque sí agarrarle para que no se dañe.
  • En cuanto remita (no suele durar más de unos 10 minutos, se debe acudir a urgencias del hospital para su valoración e informar al pediatra del niño en la consulta habitual.
  • Debemos intentar bajar la fiebre del niño mediante medicamentos o por medios físicos como quitarle ropa si hace calor, paños de agua tibia sobre cabeza, ingles, axilas o baños con agua templada. La parte del cerebro que controla la temperatura corporal no está completamente desarrollada en los niños y por ello su temperatura puede elevarse o descender muy rápidamente.